Mateo llegó
tan puntual como siempre, saludó a mi familia pues conocía a todos desde
pequeño porque su mamá y la mía eran grandes amigas. Mientras él hablaba con
ellos yo estaba colgando el teléfono, ya que había llamado a Vanessa para
decirle que pasaría por ella en unos minutos.
Bajé
apurada, ya era tarde y Mateo seguía esperándome. Lo mejor de ir a esta fiesta
es que iría con mis dos mejores amigos y haríamos todo lo posible para
divertirnos.
-Hola- le
dije a Mateo ni bien lo vi esperándome en la sala.
-Hola- dijo
Mateo mientras se paraba del sillón y se acercaba a saludarme
-Gracias por
venir y… perdón por hacerte esperar- le dije un poco avergonzada.
-No te
preocupes, sabes que no me molesta- dijo con una voz tierna
-¡Ya
váyanse! – dijo Marcia entrometiéndose
Mateo se
quedó helado.
-¡Marcia por
favor!- dijo papá un poco molesto, pues hizo que Mateo se incomodara un poco
-No te
preocupes que no sabes cuánto ansío salir de este encierro- le respondí a
Marcia mirándola fijamente.
Ella no
respondió, así que supuse que quería evitar una discusión más fuerte y ella
sabía que eso no nos convenía a ninguna de las dos, pues si eso pasaba mamá nos
castigaría el resto del verano.
Por cierto
el que estuviera Mateo presente no me impidió que le respondiera a Vanessa,
pues él ya estaba acostumbrado a vernos pelear desde pequeñas y bueno él no era
tan paciente que digamos, porque muchas de las veces él intervenía para que
dejemos de discutir pero nunca funcionaba y él siempre terminaba dentro de la
discusión.
-Bueno, creo
que sería mejor que ya se vallan- dijo mi madre- sólo no lleguen demasiado
tarde
-No te
preocupes- le respondí un poco relajada
-Hasta
luego- dijo Mateo.
Mateo era de
mis personas favoritas en este planeta, era la clase de persona con las que
puedes conversar de lo primero que se te ocurra, si él no estaba de acuerdo con
una situación que a su parecer era injusta no se quedaba callado y decía su
punto de vista, era también excelente escuchando a los demás, porque después de
escucharte siempre te daba alguna salida tus problemas; tampoco podía negar que
era guapo, tenía unos lindos ojos marrones, un cabello lacio de color negro y
tenía un cuerpo matador, él se juraba Taylor Lautner y cada vez que me lo decía
yo moría de risa. Aunque yo siempre lo vería como un amigo y él también me
vería así o bueno al menos eso pensaba yo.Ni bien salimos de mi casa fuimos a
casa de Vanessa.
- ¿Entonces…?-
dijo Mateo tratando de iniciar una conversación
-Entonces
¿qué?- le respondí un poco molesta a causa de mi hermana
-Nada- dijo
riendo- ¿Sigues molesta?
-La culpa la
tiene Marcia, siempre me molesta…
-Esta bien,
pero ella ya no está aquí- dijo interrumpiendo lo que iba a decir
-Tienes
razón, perdón que a veces me desquite contigo
-No te
preocupes, siempre puedes contar conmigo para hablar de lo que quieras
-Gracias- le
respondí
Llegamos a
casa de Vanessa y ella estaba esperando en la puerta, lo cual me sorprendió
pues normalmente debía esperar en la sala de su casa a que terminase de
arreglarse.
-!Mateo!-
gritó acercándose con los brazos abiertos, pues no lo veía hace tiempo y estaba
muy emocionada.
-Hola
Vanessa- dijo Mateo tratando de quitársela de encima
-Vane ¿cómo
estás?- me sentía ignorada tenía que decirle algo a Vanessa o no me hablaría
toda la noche
-¡Alison!,
bien y un poco ansiosa por lo que pueda pasar esta noche- rió con ganas
Fuimos a
casa de Pía que no estaba tan lejos, pero a mí me pareció una eternidad pues
todo el camino me la pasé escuchando como Mateo le contaba a Vanessa de su
viaje y como yo no sabía que decir me la pasé callada.
Cuando
llegamos ya habían chicos bailando, pero nadie conocido para mí, Mateo se quedó
hablando con unos amigos en la puerta, me senté junto a Vanessa en un sillón y
nos pusimos a conversar hasta que llegó un chico y la sacó a bailar y me quedé
sola hasta que llegó una chica.
- ¿Está
ocupado?- preguntó por el asiento que estaba a mi costado
-No,
siéntate. Mi amiga está bailando con un chico- le respondí tratando de hallar
conversación
Ella era una
chica de unos 1.58 de estatura, era tan blanca como la leche, de cabello lacio
en la parte de arriba con ondas casi en las puntas y ojos color pardo. Parecía
muy callada, fue cuestión de segundos para que me diese cuenta que la chica con
la que estaba hablando era Pía, no la había reconocido, pues sólo la había
visto una vez y el resto de veces me hablaban de ella. Era una chica fan de
crepúsculo, sobre todo de los vampiros en especial de Edward Cullen.
-Tú eres
Alison, amiga de Mateo ¿verdad?
-Si, ¿cómo
me conoces?
-Mateo me ha
contado mucho sobre ti y claro también sobre Vanessa
-Aaaa… y
¿cómo lo conociste?
-Estudié con
él hace 3 años hasta que se cambió de colegio
-Y…
Estaba a
punto de responderle y llegó Vanessa interrumpiendo la conversación.
-¿Quién es
ella?- preguntó de forma un poco grosera
-Vanessa,
ella es Pía amiga de Mateo
- A ok,
mucho gusto- dijo Vanessa un poco fría
-Mucho gusto
igualmente- dijo Pía respondiendo a la frialdad de Vanessa
-¿Y? ¿Quién
era ese chico? – le pregunté a Vanessa muy ansiosa, pues era muy guapo
-Se llama
Carlos; tiene unos ojos muy lindos- dijo Vanessa emocionada
-¿Le pediste
su Facebook? Un chico así no puede pasar desapercibido- le dije a Vanessa
riendo
-¿Cómo
crees? Ya sé toda su vida- dijo entre carcajadas
-Mira allí
viene Mateo- dijo Pía dirigiéndose a mi
Por la
puerta de la gran sala entraba Mateo con un grupo de amigos, pues antes se
habían quedado conversando en el jardín de afuera.En la casa habían muchas
personas; algunas estaban en el 2do piso, otras estaban en el jardín de afuera,
muchas preferían la sala para conversar, también estaban en el patio de adentro
y pocos estaban bailando
.-Luce bien
¿no?- dijo Vanessa
-Si, lo sé.
Por eso… - Vanessa calló y no completó la oración
-Por eso
¿qué?- le dije a Vanessa
-Nada, se me
olvidó- dijo avergonzada
-Oigan debo
ir a calmara a los hambrientos- dijo Pía refiriéndose a los chicos que estaban
en su cocina- o de lo contrario se terminarán todo lo que hay en el
refrigerador
-No te
preocupes, hablaremos luego- le respondí
Y poniéndose
de pie se dirigió a la cocina. Cuando Pía se levantó inmediatamente Vanessa
tomó su lugar.
-¿Pía no te
calló tan bien?- le pregunté a Vanessa cuando Pía ya estaba lejos.
-Es que…- se
quedó callada otra vez
La
diferencia es que esta vez parecía que de pronto dejó de escucharme pues tenía
la mirada puesta en la puerta y no la apartaba de ahí. Giré mi cabeza para ver
de qué se trataba todo esto, no lo podía creer ¡era Enrique!, ahora era yo la
que miraba hacia la puerta de forma embobada. Él estaba sólo así que fue a
servirse algo de tomar.
Siguela continuala pronto
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