miércoles, 10 de octubre de 2012

3er Capítulo: Un encuentro inesperado


Mateo llegó tan puntual como siempre, saludó a mi familia pues conocía a todos desde pequeño porque su mamá y la mía eran grandes amigas. Mientras él hablaba con ellos yo estaba colgando el teléfono, ya que había llamado a Vanessa para decirle que pasaría por ella en unos minutos.

Bajé apurada, ya era tarde y Mateo seguía esperándome. Lo mejor de ir a esta fiesta es que iría con mis dos mejores amigos y haríamos todo lo posible para divertirnos.

-Hola- le dije a Mateo ni bien lo vi esperándome en la sala.

-Hola- dijo Mateo mientras se paraba del sillón y se acercaba a saludarme

-Gracias por venir y… perdón por hacerte esperar- le dije un poco avergonzada.

-No te preocupes, sabes que no me molesta- dijo con una voz tierna

-¡Ya váyanse! – dijo Marcia entrometiéndose

Mateo se quedó helado.

-¡Marcia por favor!- dijo papá un poco molesto, pues hizo que Mateo se incomodara un poco

-No te preocupes que no sabes cuánto ansío salir de este encierro- le respondí a Marcia mirándola fijamente.

Ella no respondió, así que supuse que quería evitar una discusión más fuerte y ella sabía que eso no nos convenía a ninguna de las dos, pues si eso pasaba mamá nos castigaría el resto del verano.

Por cierto el que estuviera Mateo presente no me impidió que le respondiera a Vanessa, pues él ya estaba acostumbrado a vernos pelear desde pequeñas y bueno él no era tan paciente que digamos, porque muchas de las veces él intervenía para que dejemos de discutir pero nunca funcionaba y él siempre terminaba dentro de la discusión.

-Bueno, creo que sería mejor que ya se vallan- dijo mi madre- sólo no lleguen demasiado tarde

-No te preocupes- le respondí un poco relajada

-Hasta luego- dijo Mateo.

Mateo era de mis personas favoritas en este planeta, era la clase de persona con las que puedes conversar de lo primero que se te ocurra, si él no estaba de acuerdo con una situación que a su parecer era injusta no se quedaba callado y decía su punto de vista, era también excelente escuchando a los demás, porque después de escucharte siempre te daba alguna salida tus problemas; tampoco podía negar que era guapo, tenía unos lindos ojos marrones, un cabello lacio de color negro y tenía un cuerpo matador, él se juraba Taylor Lautner y cada vez que me lo decía yo moría de risa. Aunque yo siempre lo vería como un amigo y él también me vería así o bueno al menos eso pensaba yo.Ni bien salimos de mi casa fuimos a casa de Vanessa.

- ¿Entonces…?- dijo Mateo tratando de iniciar una conversación

-Entonces ¿qué?- le respondí un poco molesta a causa de mi hermana

-Nada- dijo riendo- ¿Sigues molesta?

-La culpa la tiene Marcia, siempre me molesta…

-Esta bien, pero ella ya no está aquí- dijo interrumpiendo lo que iba a decir

-Tienes razón, perdón que a veces me desquite contigo

-No te preocupes, siempre puedes contar conmigo para hablar de lo que quieras

-Gracias- le respondí

Llegamos a casa de Vanessa y ella estaba esperando en la puerta, lo cual me sorprendió pues normalmente debía esperar en la sala de su casa a que terminase de arreglarse.

-!Mateo!- gritó acercándose con los brazos abiertos, pues no lo veía hace tiempo y estaba muy emocionada.

-Hola Vanessa- dijo Mateo tratando de quitársela de encima

-Vane ¿cómo estás?- me sentía ignorada tenía que decirle algo a Vanessa o no me hablaría toda la noche

-¡Alison!, bien y un poco ansiosa por lo que pueda pasar esta noche- rió con ganas

Fuimos a casa de Pía que no estaba tan lejos, pero a mí me pareció una eternidad pues todo el camino me la pasé escuchando como Mateo le contaba a Vanessa de su viaje y como yo no sabía que decir me la pasé callada.

Cuando llegamos ya habían chicos bailando, pero nadie conocido para mí, Mateo se quedó hablando con unos amigos en la puerta, me senté junto a Vanessa en un sillón y nos pusimos a conversar hasta que llegó un chico y la sacó a bailar y me quedé sola hasta que llegó una chica.

- ¿Está ocupado?- preguntó por el asiento que estaba a mi costado

-No, siéntate. Mi amiga está bailando con un chico- le respondí tratando de hallar conversación

Ella era una chica de unos 1.58 de estatura, era tan blanca como la leche, de cabello lacio en la parte de arriba con ondas casi en las puntas y ojos color pardo. Parecía muy callada, fue cuestión de segundos para que me diese cuenta que la chica con la que estaba hablando era Pía, no la había reconocido, pues sólo la había visto una vez y el resto de veces me hablaban de ella. Era una chica fan de crepúsculo, sobre todo de los vampiros en especial de Edward Cullen.

-Tú eres Alison, amiga de Mateo ¿verdad? 

-Si, ¿cómo me conoces?

-Mateo me ha contado mucho sobre ti y claro también sobre Vanessa

-Aaaa… y ¿cómo lo conociste?

-Estudié con él hace 3 años hasta que se cambió de colegio

-Y…

Estaba a punto de responderle y llegó Vanessa interrumpiendo la conversación.

-¿Quién es ella?- preguntó de forma un poco grosera

-Vanessa, ella es Pía amiga de Mateo

- A ok, mucho gusto- dijo Vanessa un poco fría

-Mucho gusto igualmente- dijo Pía respondiendo a la frialdad de Vanessa

-¿Y? ¿Quién era ese chico? – le pregunté a Vanessa muy ansiosa, pues era muy guapo

-Se llama Carlos; tiene unos ojos muy lindos- dijo Vanessa emocionada

-¿Le pediste su Facebook? Un chico así no puede pasar desapercibido- le dije a Vanessa riendo

-¿Cómo crees? Ya sé toda su vida- dijo entre carcajadas

-Mira allí viene Mateo- dijo Pía dirigiéndose a mi

Por la puerta de la gran sala entraba Mateo con un grupo de amigos, pues antes se habían quedado conversando en el jardín de afuera.En la casa habían muchas personas; algunas estaban en el 2do piso, otras estaban en el jardín de afuera, muchas preferían la sala para conversar, también estaban en el patio de adentro y pocos estaban bailando

.-Luce bien ¿no?- dijo Vanessa 

-Si, lo sé. Por eso… - Vanessa calló y no completó la oración 

-Por eso ¿qué?- le dije a Vanessa

-Nada, se me olvidó- dijo avergonzada

-Oigan debo ir a calmara a los hambrientos- dijo Pía refiriéndose a los chicos que estaban en su cocina- o de lo contrario se terminarán todo lo que hay en el refrigerador
-No te preocupes, hablaremos luego- le respondí

Y poniéndose de pie se dirigió a la cocina. Cuando Pía se levantó inmediatamente Vanessa tomó su lugar.

-¿Pía no te calló tan bien?- le pregunté a Vanessa cuando Pía ya estaba lejos.

-Es que…- se quedó callada otra vez

La diferencia es que esta vez parecía que de pronto dejó de escucharme pues tenía la mirada puesta en la puerta y no la apartaba de ahí. Giré mi cabeza para ver de qué se trataba todo esto, no lo podía creer ¡era Enrique!, ahora era yo la que miraba hacia la puerta de forma embobada. Él estaba sólo así que fue a servirse algo de tomar.

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